sábado, 3 de mayo de 2008

oficio

En una noche de excesos
yo parto a abrir la ventana.
Entre sabanas blancas,
la sangre,
recuerda quien soy
dónde va mi sepulcro
Grito, rió y lloro,
con la misma gentileza.
Porque uno no puede
reír sin gritar o
llorar sin reír.
Así que navego
durante tres días de sal
y costumbres rotas,
(la raíz de mi patria)
donde los bosques
mueren ahogados
y los ahogados mueren de pie.
Yo que no tengo banderas
ni mascaras,
porque no tengo oídos
ni boca.
Yo que no tengo
más que eso
…Yo deseo.
Comparto también;
a las tribunas sordas
a los aplausos mancos
a ti leyéndome desde el infinito
de tu credo.
Al morir,
mis posesiones serán
una pluma,
y mi pluma, será tu legado.

No hay comentarios: