sábado, 3 de mayo de 2008

a mi padre

Siempre sospeché que mi padre me había violado en la infancia. Algo tan grande que me ataba a él. Miro en el espejo y lo encuentro, en especial cuando rió, lloro o trato de convencerme de que las cosas no están pasando. La primera vez que me corte el cabello, mi mejor amiga me dijo que cada día me parecía más a mi padre. A veces disfrutaba la sensación de semejanza, hasta que tuve problemas para venirme con mi propio sexo. Te confieso que me masturbo pensando en jalármela. Me siento confundida, es como desterrar mi nombre.
Mi papa me violó a los ocho años, cuando le mostré una poesía que había escrito inspirada en “Aladino” de Disney. La leyó y con voz severa me dijo –creo que eres una persona muy depresiva- y pues si, me deprimí y deje de escribir durante años. Mi padre me violó al enseñar a rendirme, a aceptar la miseria y el fracaso y que no importaba nada, él me quería. Aprendí también que tomar las cosas con sarcasmo es mejor que seguir luchando.
Mi padre es su padre y yo no nací siendo niño para seguirles el juego. Hoy te escribo para darle luto al hijo que ahora, jamás tendrás. Tengo que nacer.

No hay comentarios: