miércoles, 25 de noviembre de 2009

Tu esposa es como una nebulosa que vive en mi mente. Es el fantasma que mueve las cosas cuando duermo. Tu esposa te habla y quizás, de vez en cuando, llega a abrazarte. Pero para mi, no existe. No te atrevas ni siquiera a llamarla por su nombre. No quiero saber con quien vas y hasta cree que le perteneces, cual equivocada. Podrás dormir con ella pero es en mi en quien piensas, podrás compartir con ella la casa y las deudas, tus genes caídos en niños. Pero eres tuyo, tanto así que has decidido amarme a pesar de tus compromisos y promesas. Eres tuyo, egoísta, papacito, yo te amo.

-Nos vemos en la tarde