sábado, 3 de mayo de 2008

la tina y la mala amante

La recuerdo como si nunca hubiese existido,
como si su tono rojizo de piel jamás me hubiera tocado
y sus cabellos entre tantos güeros me enternecieran.
La recuerdo como quise y puedo, amarrándose la trenza
empujando hacia la nada su labio inferior,
mordiendo el de arriba.
Riendo, haciendo como si no la viera,
fingiendo que tampoco me veía.
Su alzar de cejas, sus expresiones repetitivas.
Yo, sólo útil para contemplarla.
Las largas despedidas que duraron más que los encuentros,
sólo me quería al partir o prometiendo regresar.
Cuando la admiraba entre sueños y le besaba la espalda,
sintiéndome incapaz de llegar a ella.
La tuve tan cerca durante tantas noches sin estar conmigo,
ahogándome de penas a su lado.
Cuando encontraba ya todo perdido
tomaba mi mano, sin dejarme escapar.
¿qué podría hacerle en aquel tiempo si la quería?
¿qué podría hacer ella si la quería?

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