lunes, 4 de agosto de 2008

Promesa num. 2

Mora en su latido un aire ingenuo, podría jurar que esa cara ya la he visto antes.
Un halito de miedo y emoción, se asoma en sus pliegues cuando sonríe.
Entre cierra los ojos para intuir si estoy mintiendo.
La edad ha sabido complacerla y la acerca a mi vida, dispuesta.
No seré la sombra que anide en su sexo, ni la flor marchita atrapada en su cuaderno.
Mis letras conceden sus besos y las noches reflejadas en el agua nocturna.
Dormiré hoy para despertar mañana con la promesa de ser su amante,
por los días que el sol este dispuesto a guarecernos.

No hay comentarios: