martes, 22 de julio de 2008

de tu novio, para ti

Eran las seis de la mañana. Reforma anunciaba con su exiguo tráfico, los inicios del día. Yo manejaba su camioneta, una Ford de los ochentas que en mejores días fue utilizada para una película de acción, filmada por su padre. Lo cual le daba ese toque sentimental que evitaba que la abandonaran, en algún lugar de Neza. Creo que el amor de su padre es lo único que sostiene esa camioneta. El volante me empujaba involuntariamente a los carriles contiguos y frenar, era como domar una mula vieja. Habíamos tomado desde el día anterior y con un esfuerzo extraordinario, ella pronunció –Esto podría ser un cuento- Su seseo me provoco una risa incontrolable y le dije con voz ahogada A esta hora, todo podría ser ficción. Reímos brevemente, tomó mi mano y callamos todo el camino hasta llegar a casa de “Olimpia”, que había ganado el apodo ese día. Olimpia era un bulto en el asiento trasero. Olimpia había muerto meses antes, desde que su novia la cortó y ahora se dedicaba a embriagarse y ser un bulto en el asiento de cualquiera. Sacarla del carro fue más difícil que limpiar los zapatos después de haber pisado caca. Al librarnos de mi querida amiga, “el bulto”, regresamos a la ciudad con los ánimos cabizbajos, efecto secundario del alcohol.

La tristeza de Nat comenzó a impregnarse en las ventanas, el frío de afuera, hacia el vapor mas evidente. Levantó el dedo índice hacia el cielo, directa y dolida, exclamó –Tengo una lista con diez razones para no hablar de ella, pero hablar de ella (la lista), significa hablar de ella (la chica), así que callaré- Quise reír pero fui consciente de que la historia le pesaba hasta en el cabello. Puse mi mano sobre su hombro y le solté un “aliviánate” casual.

Ya era jueves, la segunda vez en menos de una semana que salimos a emborracharnos a Garibaldi. La ocasión anterior, fue un grito de ovación a la soltería, estado reciente para Nat y casi un estigma para mí. Fuimos al bar de una de sus amigas, donde se encontraban tres mujeres en una mesa. Nat agitó su cosmopolitan y con sonrisa picara, me pregunto -¿Qué onda? ¿Vamos a ligarlas?- Levante los hombros poco optimista y seguí sus pasos. Nat pasó de largo la mesa y me quede como estupida enfrente de ellas, mientras notaba que pagaban la cuenta. Me recargue en el asiento de una de ellas como todo un galán, ¿les invito otra ronda? aceptaron gustosas. Nos acomodamos en una mesa mas amplia, al sentarnos mi decepción fue que eran extranjeras y yo, el ingles, ni lo canto. Nat es de California, así que no tuvo problemas para desenvolverse. Una de ellas me preguntó que si hablaba ingles y negué acongojada con la cabeza, por no hacer el ridículo con mi mala pronunciación No, ai don spik inglis. Pase la noche viendo a una de las gringas; bonita, de pelo negro y ojos claros, tatuada por la que posteriormente me entere que era su ex-novia y se sentaba a mi lado.

Nat las invitó a su departamento para concretar nuestras negras intenciones. Compramos un six en el camino, ya que se encontraban suficientemente sobrias como para llegar a algo. Nos acomodamos en la sala y puse música en el Ipod, que se encontraba en una esquina. Ellas reían de una conversación que para mi, era indescifrable, anigüey. La chica se acerca a mí y se pone en cuclillas –Do you like “Peaches”?- Yeah, ai lobed. Du llu tink…ah…sorri, aim a lirul nervios…llu exgerlfrend mad güit mi if ai quis iu?

-What? ¡- Ai guana quis iu. Salio de su gringa cara una expresión de ternura –me too, but I…- Empezó a explicarme la relación que tenia con su ex-novia y a rasgos generales, no le entendí ni madres. Al notarlo, su ternura se tornó en exasperación. Se esforzaba en que la comprendiera y hasta comenzó a hablar mas lento, como si de la velocidad dependiera mi conocimiento, el cual es casi nulo. –uff…you don´t understand me- Me sentí en la primaria, cuando la maestra de ingles me ponía de pie para preguntarme algo en ingles. Le conteste igual como solía hacerlo con la maestra. No, ai guasent mi. Rió como dándose por vencida, se puso de pie y tomé su mano, no la iba dejar irse así. Güi can gou tu de batdrum, las palabras mágicamente salieron de mi boca. Nos sentamos en la sala, conté hasta diez y me dirigí al baño. Mientras orinaba oí unos pasos en el pasillo, suspendí el acto para asegurarme. Era cierto, ahí estaba, continué mi evacuación, limpie mis manos y salí. Can ai quis iu, nau? De un empujón, me regresó al cuarto. Cerró la puerta, nos besábamos desenfrenadamente. Recorrimos las cuatro paredes con movimientos violentos, nos tocamos. Ella gemía, mientras apretaba sus nalgas y le besaba el cuello. Me aventó al lavabo y abrió la puerta – I gotta go, now- Cerré la puerta y me miré al espejo, sintiéndome una de las protagonistas de “whisky in the jar”. Me sentía ridícula al regresar con ellas. El alcohol se acabo y se disponían a retornar a su hotel. Vamos a Garibaldi, grité, no quería dormir sola ese día y al parecer, Nat tampoco. Las convenció en su idioma, yo solo ponía mi cara de idiota sonriente y asentía con la cabeza vamos, esta bien chido.

Llegamos al lugar, los vagabundos y mariachis mas que dedicarse a cantar, pasan el tiempo acechándote. –¿Quieres una canción o me das tu teléfono?- Ni por el atuendo que cargan, se limitan un poco. Las gabachas querían cenar un “posooulito”, lo cual anunciaba el final de la anoche y resignadamente las acompañamos con un litro de cerveza, cada una. Al dejarlas en el hotel, Nat se despidió tres veces de beso con una de ellas. Quedamos de vernos al día siguiente en un bar. Al despertar, caí en cuenta de que les había dado mal la dirección del lugar y además, de que otra vez, despertaba sola.

Nat y yo, según lo planeado, viviremos juntas dentro de una semana. Quizás la asalté de vez en cuando en su cama, por si me espantan las pesadillas o cualquier otro monstruo de la mente. Si nuestras noches de fiesta continuaran siendo así, creo que esto acabara por ser un blog interesante.

2 comentarios:

ix dijo...

Defintl..ly.

A lion without nerve dijo...

yo quisiera acompañarte a ti y a nat en su busqueda del olvido, tengo ciertas cosas que quiero agregar a su lista, tal vez sacandolas de la mia se vayan.