Yo la quiero como para meterla en una cajita con muchos juguetes y que no se aburra nunca. Yo la quiero para pasear por las tardes en el parque, comprar helados y platicar en las bancas. Yo la quiero por que me gusta lo que imagino cuando la veo, así, sin más. Y ya ve que usted sólo tiene que sentarse enfrente de mí para que yo me vuelva loca solita. Imagínese si usted hiciera el esfuerzo, no habría manera de pararme. Pero a usted le encanta andar con aires modestos y finge que no se entera cuanto me gusta y yo… ¿que hago? Si cada vez que se me ocurre abrir la boca, sólo salen palabras para asustarla. Y yo que trato de hablarle de amor y usted responde como si le estuviera ladrando. Mientras usted se decide y yo dejo de airear mis emociones, espero que nos veamos muy pronto.
miércoles, 9 de marzo de 2011
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2 comentarios:
muy bueno papa.
:)
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