Eres pensamiento constante, eres una nube de confusión y recuerdos, etérea fría volátil. Y no hay viento que te sople ni te deshiele, que te mande lejos y no regreses. No hay palabras ni acciones que te transformen, que se olviden de ti cuando se pronuncian.
Que cansado es desatar los nudos, hilo por hilo a romper las amarras, y tú tan indecisa y vulnerable, me haces pensar que me necesitas para luego marcharte.
Y ya no existe el amor ni el odio entre nosotras, sólo vive la perplejidad de verte de nuevo y es ahí cuando te odio y te quiero para luego marcharme.
¿no lo has visto ya?
Tan sólo contamos con una batallón de muertos.
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