viernes, 23 de septiembre de 2011

Antes

Antes de que las cosas tuvieran nombre, jugaba y perdía el tiempo. Antes de que las mentiras repudiaran, eran mensajes de paz y fantasía. Antes de conocer al amor de mi vida, amaba y creía. Antes de aprender, reconocer, estudiar, diferenciar; yo vivía. Antes de que el tiempo me comiera como manzana caída, era árbol, fruta y semilla. Antes de saber del pasado, la yugular de la culpa y el latido constante de las consecuencias; no escribía. No contaba con tema literario, ni me reía del error como un renuedo de vergüenza.
Ahora el mundo de repente me duele, me atrae, me da nausea, me impresiona con cosquillas en las entrañas y deja un sabor de boca a nostalgia.
Voy bajo la línea de dudas, navegando en emociones convertidas en siluetas. En ciclos de agua, desde el hielo al vapor. Del orgasmo al destierro o de la penitencia al olvido. Ya sin las absurdas dinámicas sociales de aparente elevada procedencia, subiré mis zapatos sobre la mesa dispuesta a descansar.

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