lunes, 6 de octubre de 2008

Conversaciones de carro

Tus dudas calumnian mi amor enardecido, cabizbaja volteo a ver esos ojos llorosos que han prometido quedarse a verme. Yo que contemplo hasta la gracia de cuando picas las papas y sigues preguntando si te quiero, cuando me pongo a freir el aceite. Sé que reclamo a las noches tu ausencia y al día, la distancia. Qué mejor podría hacer que quejarme de todo sin ti, si no has dejado un momento libre para no extrañarte. Así que remuevo constantemente el tiempo a tu lado como estas pequeñas fracciones de video encontrado años después.

Haremos un cuento de esto, dado que el oficio no deja nada mejor que retenerte en mis letras como una ficcion, una cursileria anacronica con ganas de finales felices a pesar de experiencias pasadas.

Te propongo que creamos en esto como algo posible y perenne, aunque la vida no vea mas allá que al presente. Total, mi idea es no vivir para presenciar como todo termina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

perdón por meterme en conversaciones personales, pero me preguntaba... ¿cómo fríes el aceite?, ¿te queda crujiente?

jeje

besos

A lion without nerve dijo...

jajajaja...buena observación, y en serio, ¿queda crujiente? jajaja